sábado, 31 de marzo de 2012

Hozar

Ilustración de Tiago Hoise
(Del lat. vulg. *fodiāre, cavar).

1. tr. Mover y levantar la tierra con el hocico. U. t. c. intr. Los cerdos hozan y gruñen.

Real Academia Española

viernes, 30 de marzo de 2012

Dilecto / Dilección

Ilustración de Rajka Kupesic
(Del lat. dilectus, part. pas. de diligĕre, amar).

1. adj. Amado con dilección.

dilección.
(Del lat. dilectĭo, -ōnis).

1. f. Voluntad honesta, amor reflexivo.

Real Academia Española 

Os dejo con Rosalía de Castro, una gran poetisa de dilectos versos  y que tanto amó a su tierra.

En el alma llevaba un pensamiento,
una duda, un pesar,
tan grandes como el ancho firmamento
tan hondos como el mar.

De su alma en lo más árido y profundo,
fresca brotó de súbito una rosa,
como brota una fuente en el desierto,
o un lirio entre las grietas de una roca. 

jueves, 29 de marzo de 2012

Espichar / Espiche

Ilustración de Victoria Francés Frozen
(De espiche o espicho).

1. tr. Punzar con un objeto agudo.
2. tr. Can. Plantar hortalizas o sembrar maíz. Jugar a espichar los granos
3. intr. coloq. morir (‖ llegar al término de la vida). Es duro para espichar
4. intr. Ven. Dicho de un neumático: Perder aire a causa de un pinchazo. Va a espichar los cauchos

~la.
1. loc. verb. morir (‖ llegar al término de la vida).

espiche.
(Etim. disc.).

1. m. Arma o instrumento puntiagudo; p. ej., un chuzo, una azagaya o un asador.
2. m. Estaca pequeña que sirve para cerrar un agujero, como las que se colocan en las cubas para que no salga el líquido o en los botes para que no se aneguen.

Real Academia Española

Esta palabra es , cuanto menos, curiosa, aunque en lo personal, no le encuentro belleza. Tiene una gran variedad de significados, a los cuales agrego uno más que surge por asociación: también se la usa como sinónimo de "chuparse, adelgazar". 
En mis tierras se usa como sinónimo de morir: Espichó !! pero sin carga dramática, sino más bien en tono un tanto picaresco.

domingo, 25 de marzo de 2012

Vórtice

Vórtices de energía en el cuerpo / Chakras
(Del lat. vortex, -ĭcis).

1. m. Torbellino, remolino.
2. m. Centro de un ciclón.

Real Academia Española

"Cuando se rompa el plácido espejismo
y del instante la dorada venda
se desprenda al abismo;
cuando todo se fugue de mí mismo
y al insondable vórtice descienda,
un nombre, un rostro, le darán al mundo
la luz y el canto en plenitud secreta,
y encenderá tu corazón profundo,
¡oh cautivo errabundo!
la tarde entre sus manos de violeta"

La Canción Secreta, Carlos López Narváez

viernes, 23 de marzo de 2012

Plañir / Plañidera

Ilustración de Kelly Vivanco
(Del lat. plangĕre).

1. intr. Gemir y llorar, sollozando o clamando. U. t. c. prnl.

MORF. conjug. c. mullir.

Real Academia Española

Derivada de la palabra plañir (sollozar) y ésta del latín plangere, surge la palabra plañidera, o  mujer a quien se le pagaba por ir a llorar al funeral de alguna persona. 
Se hace mención de estas mujeres desde la más remota antigüedad. Para expresar de un modo más enérgico la desolación que debía causar al pueblo judío la devastación de Judea, el profeta Jeremías dice que el Dios de Israel mandó a su pueblo a hacer venir lloronas que él designa bajo el nombre de lamentatrices. Este uso del pueblo hebreo pasó a otras naciones y sobre todas, se conservó entre los griegos y romanos. Estos últimos daban el nombre de praefica a la principal de cada comitiva de lloronas porque era ella la que presidía las lamentaciones y la que daba a sus compañeras el tono de tristeza que convenía según la clase del difunto.
Las plañideras iban cubiertas con un velo y llevaban un vaso en que recogían las lágrimas que derramaban. Estos vasos llamados lacrimatorios se encerraban con mucho cuidado dentro de la urna donde se depositaban las cenizas del difunto. 
Se encuentran representaciones de plañideras desde el Arte egipcio y llegaron a ser representaciones características en tumbas, sobre todo durante el período Gótico.
Actualmente se usa este término para referirse a cualquier persona que llora mucho sin motivo. También, a veces, doliente.
En las procesiones de Semana Santa en España, es usual ver plañideras llorando tras los pasos, reflejando así su pena por la muerte de Cristo.


YO VOY SOÑANDO CAMINOS

Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...

¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero,
a lo largo del sendero...
—La tarde cayendo está—.

En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón.

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;
y el camino se serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:
Aguda espina dorada,
quién te volviera a sentir
en el corazón clavada.

Antonio Machado

jueves, 22 de marzo de 2012

Sílfide / Silfo

(De silfo).
1. f. Según los cabalistas, ser fantástico o espíritu elemental del aire.

Real Academia Española

Esta palabra fue sugerida por uno de los lectores del blog, así que aprovecho esta oportunidad para agradecer a todos lo que me envían sus palabritas, y disculparme por la que pueda quedar pendiente de publicación ( creo que he traspapelado algunas... ), pero ya aparecerán todas.

Estos seres, silfos y sílfides, pertenecen a la familia de las hadas y ambos son elementales de aire.
Los silfos son los hermanos de las hadas, de hecho, algunos piensan que son la versión masculina de las hadas. y acostumbran vivir en lugares alejados y abandonados.
Se piensa que los silfos son los sabios y puros de todos los elementales, incluyendo a las hadas. Su memoria comprende los sucesos a partir del momento de la creación; de ahí se entiende que los silfos vivan muchos años (algunas fuentes citan más de 10,000 milenios) y, a diferencia de los elfos no hablan ninguna lengua y sólo se valen de su pensamiento; también, son incapaces de tener algún tipo de sentimiento, no hay miedo, alegría, ni tristeza en su corazón.

 
Por su parte las sílfides son un espíritu femenino relacionado con las hadas que pueden ser representados como mujeres jóvenes, extremadamente bellas, delgadas y llenas de gracia.
La primer referencia de las sílfides la encontramos con Paracelso, quien las describió como espíritus invisibles del aire cuyo elemento es precisamente el aire y no existe realmente mitología relacionada con las sílfides. El aire es el elemento de la inteligencia, de la mente, el pensamiento. Representa la primavera y el Alba. El aire nos invade y nos da vida en cada segundo de nuestra existencia.
El sonido y la comunicacion son viajantes del aire, el hechizo de la musica se denomina inspiración. El aire es comprensión, pensamiento y vibraciones, es movimiento. Las silfides suelen ser pequeñas o grandes, pueden llegar en forma de tempestad o de respiración, son las que se encargan de crear las nubes y mantienen al universo en movimiento.
Tambien según las creencias nos aportan sanación de pensamientos, comprensión y paz para el alma. 
Las Sílfides,que a veces aparecen como mariposas, son las que controlan los vientos. Por todo lo mencionado, las hadas del Aire, son las hadas más conocidas de todo el reino mágico, parece ser que las leyendas se centran más en este elemento particular.
Viven en los bosques, arroyos, cuevas e incluso en un tronco hueco de un viejo Se dice que jamás envejecen, aunque los expertos creen que su vida es de 1.000 años, y que luego simplemete desaparecen.
Debido a su asociación con el ballet La Sílfide, donde las sílfides son identificadas con hadas y leyendas medievales sobre el país de éstas, así como a una confusión con otros «espíritus del aire» (por ejemplo, en El sueño de una noche de verano de Shakespeare), el término sílfide puede usarse para aludir a una muchacha esbelta,  y es como actualmente se aplica el término.
Para finalizar, y por lo poético de esta clase de hadas, referiré a otro tipo de hada de aire que se llama Fylgiar. Estas hadas son una especie de espíritu aéreo, que tan solo es visto por la persona a la cual protegen, el cual es considerado su familiar. Estas hadas han estado siempre muy cerca del Ser Humano, participando activamente en su ayuda y protección. Pertenecen a la amplia mitología nórdica, y señalan el camino del Valhalla, donde permanecerá junto al alam de su protegido, hasta que esta se sienta confortada con su nueva situación. Se cree que son oriundos de Islandia, y segun dicen, cada vez que un niño islandes nazca mientras se escuche un graznido será especial, y que tendrá durante toda su vida la compañía de las Hadas, una presencia conocida por Fylgiar. A pesar de sus buenos propósitos,poseen una característica muy inquietante que aparece en el momento de su revelación para con su protegido, y es que le revelan como último don el tipo de muerte que tendrán. Y esto se verá en el aspecto del Fylgiar, si aparece maltratado o herido, significará una muerte dolorosa o trágica, en cambio un hermoso y radiante Fylgiar, nos dice que la muerte será apacible, pacifica ,sin dolor o pena.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Náyade

(Del lat. naĭas, -ădis, y este del gr. ναιάς, -άδος).

1. f. Mit. Cada una de las ninfas que residían en los ríos y en las fuentes.
2. f. Zool. Ninfa acuática de ciertos insectos.

Real Academia Española


La voz griega que da origen a la palabra se compone de νάειν que significa “fluir” y νἃμα, es decir, “corriente de agua”). Las náyades eran seres elementales de agua, las ninfas que vivían en los cuerpos de agua dulce según la mitología griega. Así, según fuera la naturaleza de la masa de agua que habitaban, se dividían en Creneas (fuentes), Heleades (pantanos), Limnades (lagos), Pegeas (manantiales) y Potámides (ríos). Según algunas fuentes, las náyades estaban estrechamente vinculadas a su medio, de tal modo que si éste se secaba ellas morían. Además de ser vistas como seres con la fertilidad y la vida, los griegos también creían que las Náyades tenían el poder de predecir el futuro, de hecho, era común que los Oráculos se encontraran en fuentes o en nacimientos de ríos y lagos. No obstante, las náyades también podían ser muy peligrosas y no dudaban en castigar a quien se atreviera a bañarse en sus aguas o simplemente a verlas; la locura era a menudo el castigo que recibía el ofensorDe manera que
Bellas, jóvenes, amantes de la música y el baile, dulces y amorosas, con poder suficiente como para transformarse, profetizar o enloquecer con su presencia a los humanos: así se presentaban las ninfas, diosas menores del panteón griego
De ellas recibe el nombre un tipo de almeja fluvial, molusco bivalvos que filtran el agua y que de encontrarse ésta contaminada no podrían vivir. De igual forma que las náyades griegas, las almejas que viven en los ríos perecen si estos se secan o se encuentran contaminados. Son, sin duda, uno de los más eficaces controladores naturales con los que contamos para evaluar la calidad de nuestras aguas.

Celebrando el inicio del otoño, para el hemisferio Sur, un poema del gran Neruda, describiendo en forma única la temporada que se avecina para el alma. Que lo disfruten !

ODA AL OTOÑO de Pablo Neruda

Ay cuanto tiempo
tierra
sin otoño,
cómo
pudo vivirse!
Ah qué opresiva
náyade
la primavera
con sus escandalosos
pezones
mostrándolos en todos
los árboles del mundo,
y luego
el verano,
trigo,
trigo,
intermitentes
grillos,
cigarras,
sudor desenfrenado.
Entonces
el aire
trae por la mañana
un vapor de planeta.
Desde otra estrella
caen gotas de plata.
Se respira
el cambio
de fronteras,
de la humedad al viento,
del viento a las raíces.
Algo sordo, profundo,
trabaja bajo la tierra
almacenando sueños.
La energía se ovilla,
la cinta
de las fecundaciones
enrolla
sus anillos.
Modesto es el otoño
como los leñadores.
Cuesta mucho
sacar todas las hojas
de todos los árboles
de todos los países.
La primavera
las cosió volando
y ahora
hay que dejarlas
caer como si fueran
pájaros amarillos.
No es fácil.
Hace falta tiempo.
Hay que correr por todos
los caminos,
hablar idiomas,
sueco,
portugués,
hablar en lengua roja,
en lengua verde.
Hay que saber
callar en todos
los idiomas
y en todas partes,
siempre
dejar caer,
caer,
dejar caer,
caer,
las hojas.
Difícil
es
ser otoño,
fácil ser primavera.
Encender todo
lo que nació
para ser encendido.
Pero apagar el mundo
deslizándolo
como si fuera un aro
de cosas amarillas,
hasta fundir olores,
luz, raíces,
subir vino a las uvas,
acunar con paciencia
la irregular moneda
del árbol en la altura
derramándola luego
en desinteresadas
calles desiertas,
es profesión de manos
varoniles.
Por eso,
otoño,
camarada alfarero,
constructor de planetas,
electricista,
preservador de trigo,
te doy mi mano de hombre
a hombre
y te pido me invites
a salir a caballo,
a trabajar contigo.
Siempre quise
ser aprendiz de otoño,
ser pariente pequeño
del laborioso
mecánico de altura,
galopar por la tierra
repartiendo
oro,
inútil oro.
Pero, mañana,
otoño,
te ayudaré a que cobren
hojas de oro
los pobres del camino.
Otoño, buen jinete,
galopemos,
antes que nos ataje
el negro invierno.
Es duro
nuestro largo trabajo.
Vamos
a preparar la tierra
y a enseñarla
a ser madre,
a guardar las semillas
que en su vientre
van a dormir cuidadas
por dos jinetes rojos
que corren por el mundo:
el aprendiz de otoño
y el otoño.
Así de las raíces
oscuras y escondidas
podrán salir bailando
la fragancia
y el velo verde de la primavera.

sábado, 17 de marzo de 2012

Férula

Ilustración de Norman Rockwel
(Del lat. ferŭla).

1. f. cañaheja (‖ planta umbelífera).
2. f. Autoridad o poder despótico. Estar uno bajo la férula de otro.
3. f. Med. Tablilla flexible y resistente que se emplea en el tratamiento de las fracturas.
4. f. desus. Palmeta para castigar a los muchachos de la escuela.

Real Academia Española

En todos los casos, esta palabra resuena con aquello rígido, inflexible, limitante y dominante.
Pero todos estos significados adheridos a la palabra vienen de antaño.
En principio, la férula es una gramínea cuyo tallo es grueso y alto, de 5 y hasta 10 pies, que crece en países cálidos. En la antigüedad la férula de Egipto era la más estimada. Los antiguos conocían una especie de férula doméstica, y la otra grande, elevada y de gran dureza en su corteza, y en cuyo interior tiene un meollo o tuétano fungoso por cuya razón se sirvieron de ella como de una mecha para conservar y transportar el fuego, ya que el fuego va consumiendo insensiblemente el meollo sin quemar la corteza . Hesíodo dice que Prometeo robó el fuego del cielo y lo llevó oculto en un vástago de férula, cuya fábula hizo célebre esta planta.
La férula fue en otro tiempo el cetro de los emperadores y el símbolo de la autoridad de los reyes.
Entonces se hacían también con ella obras preciosas de embutido. Alejandro encontró entre las alhajas de Darío una cajita de férula en la cual metió los escritos de Homero a fin de que, como dice Plinio, la obra más perfecta del espíritu humano estuviese conservada en el cofrecito más precioso.
Los tallos de férula sirvieron para castigar a los niños y esclavos, y derivando este nombre de ferire, herir, se llamó indistintamente férula a todo bastón destinado para castigar.
El báculo pastoral se llamó también férula.
Después se dio el nombre de férula a una especie de palmeta de madera, de la cual los pedagogos se servían para pegar con ella a los niños en las palmas de las manos, y a los mismos golpes que se daban con ella o con otros instrumentos.
Por último, los griegos llamaron también férula a un lugar separado de la iglesia, donde estaban los penitentes y catecúmenos de segundo orden.

Fuente: Diccionario histórico enciclopédico, 2 Escrito por V. Joaquín Bastús

jueves, 15 de marzo de 2012

Tres bellas ¡Qué bellas son! o la importancia de los insignificantes signos de puntuación

Ilustración de Ingrid Tusell

Tres hermanas casaderas, Soledad, Julia e Irene, conocieron a un joven y apuesto caballero, licenciado en letras y las tres se enamoraron de él. Pero el caballero no se atrevía a decir de cuál de las tres hermanas estaba enamorado. Como no se declaraba a ninguna, las tres hermanas le rogaron que dijera claramente a cuál de las tres amaba. El joven caballero escribió en un poema sus sentimientos, aunque "olvidó" consignar los signos de puntuación, y pidió a las tres hermanas que cada una de ellas añadiese los signos de puntuación que considerase oportunos. La décima era la siguiente:

Tres bellas que bellas son
me han exigido las tres
que diga de ellas cual es
la que ama mi corazón
si obedecer es razón
digo que amo a Soledad
no a Julia cuya bondad
persona humana no tiene
no aspira mi amor a Irene
que no es poca su beldad

Soledad leyó la carta:

Tres bellas, ¡qué bellas son!,
me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
digo que amo a Soledad;
no a Julia, cuya bondad
persona humana no tiene;
no aspira mi amor a Irene,
que no es poca su beldad.

Julia en cambio:

Tres bellas, ¡qué bellas son!,
me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
¿Digo que amo a Soledad?
No. A Julia, cuya bondad
persona humana no tiene.
No aspira mi amor a Irene,
que no es poca su beldad.


Dijo Irene:

Tres bellas, ¡qué bellas son!,
me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
¿Digo que amo a Soledad?
No. ¿A Julia, cuya bondad
persona humana no tiene?
No. Aspira mi amor a Irene,
que no es poca su beldad.

Así pues persistía la duda, por lo que tuvieron que rogar de nuevo al joven que les desvelara quién era la dueña de su corazón. 
Cuando recibieron de nuevo el poema del caballero con los signos de puntuación las tres se sorprendieron:

Tres bellas, ¡qué bellas son!,
me han exigido las tres
que diga de ellas cuál es
la que ama mi corazón.
Si obedecer es razón,
¿Digo que amo a Soledad?
No. ¿A Julia, cuya bondad
persona humana no tiene?
No. ¿Aspira mi amor a Irene?
¡Qué!... ¡No!... Es poca su beldad.


(Citado por Roberto Vilches Acuña en "Curiosidades literarias y malabarismos de la lengua". Editorial Nascimiento. Santiago de Chile, 1955)

miércoles, 14 de marzo de 2012

Artero

(De arte, cautela, astucia).

1. adj. peyor. Mañoso, astuto.

Real Academia Española

Artero, artero, más, non buen caballero.
El antiguo refrán señala a los que con astucia y maldad sacan provecho de otros.
Sinónimos de artero: maquiavélico, maquinador, astuto, picaro, hábil, pérfido, taimado, socarron, gazapo.


Ajena al dolo y al sentir artero,
llena de la ilusión que da la fe,
lazarillo de Dios en mi sendero,
Francisca Sánchez, acompáñame...

En mi pensar de duelo y de martirio
casi inconsciente me pusiste miel,
multiplicaste pétalos de lirio
y refrescaste la hoja de laurel.

Ser cuidadosa del dolor supiste
y elevarte al amor sin comprender;
enciendes luz en las horas del triste,
pones pasión donde no puede haber.

Seguramente Dios te ha conducido
para regar el árbol de mi fe,
hacia la fuente de noche y de olvido,
Francisca Sánchez, acompáñame...

Rubén Darío

Buhonero / Buhonería

Ilustración de Julia Valeeva
(Del ant. buhón, este de bufón1, y este de la onomat. buff, expresiva de la palabrería del buhonero para ensalzar su mercancía).
1. m. y f. Persona que lleva o vende cosas de buhonería.
2. m. y f. Ven. Vendedor ambulante.

buhonería
(De buhonero).

1. f. Conjunto de chucherías y baratijas de poca monta, como botones, agujas, cintas, peines, etc.
2. f. pl. Objetos de buhonería.


Real Academia Española

Una palabra muy antigua ( 1250 ) ya que deriva de "bufón2. Una forma desusada, sin dudas, el buhonero (a veces conocido como vendedor ambulante, especialmente en América Latina) es el trabajador de la economía informal que comercia con distintos bienes de consumo, con chucherías. Generalmente, se instala en pequeños kioscos (aunque a veces le basta con una simple mesa donde exponer la mercancía) en las aceras de las calles más transitadas de distintas partes de una ciudad. De igual forma, el buhonero también puede ambular sin necesidad de un local específico cargando consigo lo que busque vender. Ropa, música, artículos artesanales, libros y películas comprenden la mayor parte del comercio buhoneril.
  

martes, 13 de marzo de 2012

Peculio / Pecunio

Ilustración de Dominique Ingres
(Del lat. peculĭum).

1. m. Hacienda o caudal que el padre o señor permitía al hijo o siervo para su uso y comercio.

2. m. Dinero que particularmente tiene cada uno, sea o no hijo de familia.

Real Academia Española

Se entiende por peculio una masa o conjunto de bienes. El término es utilizado principalmente en Derecho romano, dado que en la actualidad el sinónimo utilizado de forma habitual es el de patrimonio
En el Derecho romano existieron distintos tipos de peculio:
Peculio profecticio: era el conjunto de bienes que un pater entregaba al hijo para su administración. El pater familias respondía de las obligaciones que contraía el hijo hasta el momento del peculio.
Peculio adventicio, también conocido como bona materna: era el conjunto de bienes que recibía el hijo de su madre, abuela o cónyuge. Se puso en práctica desde el emperador Constantino.
Peculio castrense: era el conjunto de bienes que un hijo de familia adquiría en el ejercicio de la profesión militar.
Peculio quasi castrense: era el conjunto de bienes que un hijo de familia adquiría en el ejercicio de un cargo en la corte imperial o en la Iglesia. Se puso en práctica desde los tiempos del emperador Justiniano
Sin embargo, buscando información encuentro un artículo que voy a transcribir porque me resultó interesante.
Se llama "Peculio o Pecunio ?". Y en el preciso instante en que leí el título, observé que yo también tenía estos términos mezclados y confundidos desde mi infancia, por lo que veremos de arrojar algo de luz sobre esta paronimia.

¿Peculio o pecunio?

“Lo que más tiene que ayudar a combatir el diccionario es el neologismo por ignorancia para no caer en infantilidad, como la niña de Campoamor: inventando palabras nuevas por no saber las viejas todavía”. Ramón Menéndez Pidal

Menuda confusión se tiene en ocasiones con los sustantivos peculio y pecunia, pues por algún misterio lingüístico el segundo de los citados parió a pecunio y tal paronimia lo convirtió en sinónimo del primero, con tal fuerza que ha llegado a reemplazarlo con pujos de corrección. Pero las cosas deben estar cada una en su lugar para precisión del idioma.

Peculio (del latín peculium), parece provenir de una voz relacionada con las prisiones, según el Diccionario Espasa-Calpe, ya que según su aserto, peculio es el dinero que poseen los presos en cartones o tarjetas. Este término pertenece propiamente a la jerga de instituciones penitenciarias, y le da el carácter de voz técnica, ya que en las penitenciarías se supone está restringida por ley la circulación de dinero en efectivo.

Entonces peculio es el dinero contante y sonante (y constante, en lo posible), en bonos o en bienes de cualquier tipo, que posee una persona. Según María Moliner en su Diccionario de Uso del Español, peculio originalmente son los bienes o caudal que el padre o el señor dejaban al hijo o al siervo para su uso o dinero o bienes de una persona (“eso lo he pagado yo de mi peculio”) e iguala metafóricamente peculio a bolsillo (“eso lo he pagado yo de mi bolsillo”). Nada habla del origen carcelario de la palabra.

Por otra parte, pecunia es el dinero o moneda como valor de cambio general, no como hacienda particular. Se trata de una palabra en uso desde principios del siglo XX, según el Diccionario de Argot Español de Luis Besses (1910), de la lengua jergal gitana, delincuente profesional y popular, como reza la obra. La pecunia constituye el objeto de estudio de la crematística.
Por último, cabe mencionar la diferencia que el Diccionario Larousse hace entre los sinónimos crematística, que dice es voz usada preferiblemente para asuntos de alta economía, mientras que para los asuntos de monedas sueltas y de poca monta, se prefiere el uso de pecunia (moneda acuñada o fiduciaria). ¡Quién lo creyera, también en las palabras hay estratos! No existe para los lexicones de español el masculino pecunio y expresamente el Diccionario Panhispánico de Dudas lo descalifica como voz incorrecta. Expresa que proviene del adjetivo pecuniario (relativo a la moneda).

Por: Gustavo Múnera Bohórquez, MD.
CC No. 9.087.730 de Cartagena
e-mail: munerag@gmail.com

viernes, 9 de marzo de 2012

Untuoso


Óleo de Marc Chagall
(Del lat. unctum, unto).

1. adj. Graso y pegajoso.

2. adj. despect. De una dulzura y amabilidad excesivas en el modo de hablar y comportarse, hasta el punto de resultar falso y empalagoso. Sus modales untuosos no despertaban simpatías.

Real Academia Española

¡TODO ERA AMOR!

¡Todo era amor... amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado.
Amor ultramarino.
Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche...
lleno de prevenciones, de preventivos;
lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M,
con una M mayúscula,
chorreado de merengue,
cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor-amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor!

Oliverio Girondo
(Buenos Aires, 17 de agosto de 1891 - Buenos Aires, 24 de enero de 1967)

jueves, 8 de marzo de 2012

Cuestión de signos


Cuál es una palabra de 4 letras que tiene 3 aunque se escribe con 6 mientras tiene 8 raramente consta de 9 y nunca se escribe con 5

¿Qué ocurre aquí? ¿Un acertijo? ¿Un enigma?… Ciertamente irresoluble.

Mucho más fácil: faltan los signos de puntuación. Y su ausencia hace que no podamos entender la frase.
Pero nada más fácil que colocarlos correctamente para que ésta tenga sentido. Veamos:

“Cuál” es una palabra de 4 letras, “que” tiene 3, “aunque” se escribe con 6, “mientras” tiene 8, “raramente” consta de 9 y “nunca” se escribe con 5.

Fuente: Ide3

viernes, 2 de marzo de 2012

Aquiescencia

Ilustración de Anne Soline
(Del lat. acquiescentĭa).

1. f. Asenso, consentimiento.

Real Academia Española 

Es un sinónimo de "autorización", por ejemplo:  
Con la aquiescencia del jefe de estudios salió antes de clase.
Otros sinónimos posibles: conformidad, aceptación, consentimiento, aprobación, asentimiento, beneplácito, confirmación, asenso, anuencia, permiso, licencia, acuerdo, adhesión, refrendo, venia, voluntad.
Esta palabra deriva del verbo latino "acquiescere" y es un prefijado de AD + QUIESCERE (reposar, descansar). Por eso acquiescere también significaba descansar, pero desarrolló el significado de estar tranquilo con algo, y por tanto, estar de acuerdo, consentir en ello tranquilamente. Y este último significado fue el que perduró finalmente.
Palabras como quietud, quieto y aquietar tienen la misma raíz. 

jueves, 1 de marzo de 2012

Arrobar

Ilustración de Valy Blanchard
(De robar).

1. tr. embelesar.
2. tr. ant. robar (‖ quitar o tomar lo ajeno).
3. prnl. Enajenarse, quedar fuera de sí.

Real Academia Española

Subida a la Alhambra
 
Cómo llegar a ti, hermosa mía, tan alta,
tan soberana de ti, de ti tan llena,
como quedar en ti, tan perfumada,
tan antigua y tan noble, tan llena de Granada.

Me suenan a música los cantos de tus aves,
el ruido de los vientos que no mueven tus árboles;
en el frondoso bosque, el sol se multiplica,
y yo me hago más grande, embobado en belleza.

Cómo llegar a ti, hermosa mía, ocultada,
tan profunda en la altura, tan grande y arrobada,
tan antigua y tan noble, tan llena de Granada.

Nunca estuve más cerca del cielo, enamorado,
el tiempo entre tus torres apenas se detiene;
la ciudad te acompaña, parada en el abismo,
la palabra calla, tu belleza resplandece.

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